Tepeyanco, entre vida y memoria

*En grandes extensiones de tierra del municipio tlaxcalteca se cultiva la flor de cempasúchil uno de los estandartes en la temporada de Día de Muertos 

Diego Mena

Tepeyanco, Tlaxc.- En los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, el territorio de Tepeyanco se pinta de naranja y amarillo, al albergar sembradíos de cempasúchil, una flor que símbolo de recuerdo y vida después de la muerte.

La llamada flor de muerto, ocupa grandes espacios de municipios de Tlaxcala, pero es Tepeyanco el que resalta por ofrecer vistas sorprendentes en espacios que ya han sido usados para tomar fotografías y sellar recuerdos.

El cempasúchil, del náhuatl cempohualxochitl que significa “varias flores”, es uno de los estandartes en la temporada de Día de Muertos, cobra un papel protagónico al ser el principal elemento para adornar las ofrendas de sus fieles difuntos.

En los campos de Tepeyanco es agradable el aroma que desprenden las flores amarillas y naranjas que en el pasado simbolizaba al sol y que ahora sirven para guiar a los espíritus.

En la cultura mexica, la flor de muerto representaba a la vida y la muerte; y actualmente, es recuerdo para los mexicanos sobre mantener la memoria de los familiares difuntos y dar aún cuando ya no están entre nosotros, en el plano terrenal.

Tepeyanco destaca de entre los 60 municipios por ser el principal productor de cempasúchil; año con año, los agricultores acuden a los campos y llenos de fe dejan las semillas que en pocas semanas darán por resultado a hermosas flores de pétalos amarillos, que luego serán vendidos a orilla de carretera.

Mientras tanto, la vista hacia el Popocatépetl y también a Malintzi logran cautivar a todos los espectadores que atraviesan por la zona, y no solo eso, el sonido de los vehículos que transitan no logra opacar el clima de tranquilidad que hay en los campos, su ferviente aroma, su atractivo visual y claro, su trascendencia cultural.

Al llegar a los campos, en especial los que están a la entrada de la cabecera municipal, aires de pureza y una sombra de un árbol viejo dan la bienvenida a un ambiente de suma importancia, que da esperanzas de que, después de la muerte, todavía se puede disfrutar una vez de los placeres de la vida, en días de octubre y noviembre.

 

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